Me despierto
un poco agitada, he soñado con mi Domine otra vez. Al notar que estoy
húmeda cierro los ojos y decido tocarme, pero no puedo, mi Domine no me ha dado
permiso, así que decido mirar el email por si me ha enviado algún correo.... Nada...
No tengo noticias suyas.
- Qué raro, él
siempre es oportuno y puntual...
- ¿Se habrá
olvidado de mi?
- ¡No!
Descartó esa idea tan horrible de mi cabeza, así que le envió mi carta de buenos
días esperando su respuesta, pero nada, singo sin respuesta
Salgo de la
cama a pocas ganas y decido levantarme. Como cada sábado quedo sola en casa
debido a que las niñas se van con su abuela. Decido hacer los quehaceres del
hogar completamente desnuda, nunca he hecho algo así, me siento como si
estuvieran observándome, la sensación de que alguien me está mirando se
intensifica a cada segundo, y me gusta esa sensación. Comienzo a excitarme,
toco mis pezones y me provoco un leve dolor, deseo más algo más intenso, aunque
no debo...
De pronto
unos golpes en la puerta me asustan. - "¿Que hago ahora?". Estoy desnuda y golpean a la puerta. Miro por
la ventana y veo la espalda de un hombre va con un traje negro muy elegante... "No
puede ser... Es Él… mi Domine".
Mi corazón
lo siente, mi cuerpo lo reclama, debo abrir la puerta pero estoy tan nerviosa
que lo único que hago es abrirle para que entre y arrodillarme en el suelo, completamente
desnuda y mirando al suelo.
- "Bienvenido
a mi casa" - es lo único que logré decir. Mi Domine esta aquí, ha venido a
verme.
Al entrar
solo veo sus zapatos y una pequeña maleta que deja en el suelo, al pasar por mi
lado siento una pequeña electricidad que me confirma que mi cuerpo le
pertenece...
– "Hola,
mi sumisa Cristina". Su voz con acento español ha hecho que con solo esas
palabras ya este mi clítoris palpitando y mi entrepierna mojada. Por dios, si
con esas palabras logra mojarme, que podrá hacer con todo lo que él sabe hacer a
una sumisa inexperta como yo.
Ha vendado
mis ojos y atado mis manos a mi espalda. Estoy a su voluntad, siento su
respiración muy cerca, sus manos acarician mi cuello y bajan a mis pechos. Los
masajea, pellizca mis pezones y los retuerce. Luego siento hago helado en ellos,
ha puesto unas pinzas en mis pezones, es un dolor exquisito. Quiero más. Él lo
sabe pero se tomará su tiempo y me hará suplicarle como una perra.
Me ordena
levantarme y recostarme en el brazo del sofá de manera que mi culito quede
parado. Ya sé lo que hará y lo estoy deseando con locura... Entonces llega el
primer azote con su mano, se que dejará mi culo rojo como a él le gusta y estoy
mojada, pues sus azotes son deliciosos. Otro azote, otro… que delicia. Deja de
azotarme y de poco introduce algo en mi ano. Aaaaahhh… estoy tan caliente que
solo duele un poco. Sé que me está preparando para su polla, pero su juego no
termina ahí y comienza a masturbarme. Justo cuando estoy a punto de correrme se
detiene. No va dejar que me corra aún.
- "De
rodillas"- Otra vez en el suelo me quita el amarre de mas manos, las
masajea un poco, y me acaricia. Mi Domine es tan bueno y a la vez tan malo
jugando con esta caliente y pequeña sumisa... Me quita la venda de los ojos, y
lo que veo frente a mi es su gruesa, grande y palpitante polla. Se me hace
agua la boca y él lo sabe muy bien.
- "Es
toda tuya, mi sumisa. Dale placer a tu amo"- Y con esas palabras le
comienzo a dar la mamada de su vida para que cuando llegue a España recuerde a
su sumisa cristina.
La tomo con
mi mano y le doy tiernos y suaves besos, paso mi lengua desde la base hasta su
mojada punta, y la meto en mi boca. Me la trago enterita, caliente y palpitante.
Su sabor exquisito jamás lo olvidaré. Dejo su polla y me voy a sus huevos, sé
que le gusta, y los disfruto. Se los chupo, los lamo, meto sus dos huevos en mi
boca. Soy una glotona, su zorrita traviesa. Siento que esta por correrse y
quiero probar su leche.
Mientras
chupo sus huevos lo masturbo, el me deja hacerlo. Quiero su leche en mis tetas,
en mi cara, en mi boca, la quiero toda para mí, como la sucia y golosa perra
que soy. Y así lo hace, mi Domine se corre en mi marcándome con su leche.
No
satisfecho, se levanta y me pone a cuatro patas, mientras comienza a darme la
follada de mi vida. Fuerte y duro, su polla entra en mí. Siento como mis
fluidos corren por mis muslos. Estoy a punto de correrme, y de repente él tira
de mis pinzas y las saca, provocando un dolor delicioso en mis pezones. Saca
también el tapón de mi culo, todo esto mientras me folla hasta que me corro y
explotó en mil pedazos.
Pero esto no
ha terminado, a mi amo aun le falta follar mi culo. Saca su polla de mi vagina,
y de una sola estocada me la clava fuerte en mi culo, provocándome otro orgasmo.
Mi amo está al borde de correrse. Me azota el culo ya sensible y rojo por lo
anterior, pero me encanta ese dolor. Deja los azotes y juega ahora con mi ya
hinchado clítoris, y cuando creo que ya no puedo más, me corro otra vez con su
polla en mi culo y sus dedos en mi vagina. Y es entonces cuando él se corre
conmigo, tan fuerte que siento su leche ahora en mi culo.
Nunca en mi
vida me había sentido tan plena y feliz .Feliz por entregar mi cuerpo a mi amo
y porque su placer es el mío.
Me pongo de
pie con ayuda de mi domine y él me besa como jamás me habían besado. Acaricia
mi rostro, me toma entre sus brazos, y caigo rendida en ellos, que juro por mi
vida jamás olvidare.
Mi mente mi
cuerpo y mi alma son solamente de mi Domine.
Suya,
Cristina.
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