Trio MHM. Mis sumisas y yo.



Ya estaba ansiosa... iba a mi encuentro con mi Domine y mi hermana de sumisión, Violant. Era algo que desde hace mucho no salia de mi cabeza, el estar las dos a merced de nuestro amo. Siempre he tenido la fantasía de tener intimidad con otra mujer, y ese sería el mejor momento.


Debíamos reunirnos para entrar juntas a la habitación de hotel donde estaría nuestro Amo. Nos dijo que fuéramos vestidas con camisa de botones, falda corta y zapatos de tacón. Ambas temblábamos, pero no por temor, sino porque esa sería la primera vez que estaríamos juntas con el Profesor.


Entramos al cuarto, y allí estaba él, sentado en el centro de la cama, recostado del espaldar, como quien va a disfrutar de la mejor escena de una película. Las dos estábamos nerviosas y nos colocamos delante de la cama, mirando hace él, esperando sus órdenes.


Mi Domine me dio la primera orden, colocarme detrás de Violant y acariciar sus pechos por encima de la camisa, y que poco a poco fuera desabotonando su blusa; solo tocar sus pezones comprobé que estaban completamente duros y elevados. Me gustó tocar sus tetitas, eso me excitó.


- "Ahora, Cristal, pellizca suavemente los pezones de Violant con una mano y con la otra toca su coñito" 

Yo obedecía gustosa, sentí el calor y la humedad de ella en mi mano, me gustó tanto que mordí mi labio inferior. Pude notar como Violant se estremecía toda. Nuestro amo lo notó...

- "Detente ya, Cristal", me dijo. No quería que yo me lanzara, quería controlarnos él.

- "Quiero que la desvistas. Hazlo suave y con delicadeza, admirando cada parte de su cuerpo"

A medida que le iba quitando toda la ropa, podía sentir como se mojaba mi coñito, y a ella se le erizaba toda la piel, sus pezones seguían  firmes y respiraba un poco agitada.


- "Perfecto... y ahora tú, Violant, súbele la falda a Cristal, deja su culo expuesto hacia mí y azótala fuerte. Quiero ver cómo le zurras el culo"

Mi Domine estaba en su salsa, excitado. Nos miraba con placer, con lujuria, sabiendo que éramos completamente suyas, nuestro cuerpo, nuestra mente le pertenecían sólo a él. Nuestro Domine, que nos ha introducido en este arte y le debemos toda nuestra sumisión, respeto y la entrega de todo nuestro ser.


"Plass..." el primer azote. Me estremezco. Ella era menuda y delicada pero lo hizo muy fuerte, me gusto mucho, y así lo hizo  de nuevo... "Plass..." y otra vez, ya sentía mi coñito más mojadito.

- "Violant, desviste a Cristal y usa el plug en su culito,  juega con él como ya sabes".

Violant Me sodomizó mi culito con ganas... metía y sacaba el plug a su antojo, yo sólo resistía la sensación entre dolor y placer que eso me provocaba.


- "Vengan acá mis sumisas, cada una por un lado de la cama". Nos indicó nuestro Profesor.

Avistamos su polla como estaba de hinchada y gorda debajo del pantalón, se le notaba con ganas de salir de allí.


- "Quiero que compartan mi polla, como buenas hermanitas", nos dijo.

Así empezamos a chuparla, cada una de un lado del tronco, subiendo y bajando nuestras lenguas, que por momentos se chocaban. Sin planearlo coordinamos en ritmo, y mientras yo subía, ella bajaba... y luego las dos nos unimos al mismo movimiento, uniendo nuestras bocas todo alrededor de su exquisito miembro.


Luego yo me quede sola en todo el tronco, desde la base hasta el suave glande de mi Domine, lo succionaba al tiempo que jugaba con mi lengua haciendo círculos por alrededor suyo... Violant bajó a los huevos a chuparlos, con esmero y placer, primero uno, luego el otro, pasaba su lengüita por la unión de ellos... Nuestro Amo lo disfrutaba mucho, y nosotras más, éramos más que felices sirviéndole y regalándole todo el placer que merece.


Yo también quería comer  sus huevos, pero él tenía otra cosa en mente para mí; se incorporó, se puso a cuatro patas, y me ordenó lamerle el culo. Así lo hice, pasaba mi lengua por su ano, le daba besos, lo chupaba y metía la lengua, mientras Violant se quedó tendida en la cama con la cabeza bajo la polla y huevos del Señor Domine y se daba vida lamiendo, chupando, comiéndola como toda una experta. Así estuvimos un buen rato, los tres completamente extasiados.


Al final, el Señor Domine se corrió en la cara de Violant, y tras limpiar su falo en su cara, me ordenó a mí recogerlo todo con mi lengua, y dejar limpita su carita. Con mimo y con cuidado, fuí lamiendo la cara de Violant para recoger cada gotita de semen de mi amo.

Esa imagen le encantó al Profesor Domine, sus dos sumisas recibiendo y disfrutando el premio divino de su semen.


Una vez limpitas, él nos dijo  que nos pusieramos a cuatro patitas, juntitas, y así nos pusimos. Empezó a masturbarnos a ambas, primero suavecito, y luego con mayor intensdad, como sólo el sabe hacerlo. Pasaba sus dedos por nuestro coño, los apretaba, los pellizcaba, le daba palmadas, todo al mismo tiempo como si quisiera que nos corrieramos juntas. Lo que no sabiamos era que el señor domine estaba ya listo para follarnos. A cuatro patitas, me embistió fuerte, una, dos, tres veces con su polla gruesa y dura. Luego a Violant, mientras a mí me pegaba en el culo. Volvió a cambiar, para follarme a mí mientras azotaba a Violant. Parecía que los dos coños le gustaban por igual.


Cuando ya iba a correrse nos pusimos como perritas que esperan su premio, frente a su amo. Salió con fuerza esa segunda leche. Con nuestra boquita abierta acaparamos todo su semen, y nuestro Domine lo miraba satisfecho. Se notaba que estaba contento con sus sumisas, sus putitas, sus perritas....



Un relato de Cristal

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