No soy su puta por debilidad. No lo soy por obligación, ni por miedo, ni por dependencia. No soy una mujer rota ni sumisa sin voluntad: soy una mujer completa, rendida solo ante él.
Ni soy débil, ni me falta carácter.
Soy su puta porque así lo elijo yo. Porque en cada gesto, en cada orden, en cada mirada suya, descubro una parte de mí que solo florece cuando me arrodillo ante él. Este escrito es mi verdad, mi piel escrita, mi alma desnuda.
Porque yo lo decido
Soy su puta porque quiero serlo. Nadie me lo impuso, nadie me obligó. Encontré libertad en esa palabra cuando salió de su boca y me envolvió. "Puta"... pronunciado por él, es caricia y dominio, es marca y pertenencia. Ser su puta me completa. Me vuelve libre. Me revela.
Solo para él
Porque le pertenezco
Soy suya, de su propiedad. No como objeto roto, sino como joya encontrada. Le entregué mi cuerpo, mis pensamientos, mis miedos, mi placer. Él dispone de mí como dueño amoroso. Con fuerza y cuidado. Con dominio y ternura. Soy suya, y en esa pertenencia, todo cobra sentido.
A sus pies soy libre
Libre de miradas que juzgan. Libre de normas que oprimen. Él me llama "puta", "perra", "sucia", y cada palabra suya me acaricia como un halago. Porque sé que tras cada azote hay respeto, tras cada orden hay protección. A sus pies, me siento vista. Y eso, para mí, es amor.
Porque deseo su placer
Mi necesidad más profunda es su satisfacción, su gozo. Su placer es mi alimento. Su orgasmo es mi victoria. Su esperma, mi premio. Cada vez que me invade, me llena con su deseo y me recuerda que le pertenezco. Sus gemidos son mi canción favorita. Su semen, su firma sobre mí. Le necesito feliz, saciado, satisfecho. Porque cuando él está completo, yo también lo estoy.
Porque él me domina
Su dominio me moldea. Su mano me educa. Me azota, me abofetea, me marca. Me orina, me escupe, me penetra. Cada gesto suyo sobre mi cuerpo grita: "Eres mía". Y yo lo soy. No hay dolor que no lleve su ternura escondida. No hay humillación que no me eleve cuando proviene de él. Porque sé que detrás de su dominio está su cuidado. Porque no hay acto suyo que no haya sido deseado por ambas partes.
Porque me respeta
Me humillo ante él porque me siento segura. Me inclino porque sé que me valora. Me llama "puta" y me insulta, pero siempre con amor. Un amor que no busca destruirme, sino liberar mi esencia más profunda. Lo que otros ven como sumisión degradante, para mí es conexión sagrada. Es vínculo. Es entrega. Es confianza absoluta.
Ser su puta no es una fantasía cualquiera. Es una verdad vivida, una decisión constante, una rendición consciente. Amo a mi Amo. Y al amarlo a él, me amo a mí misma. Porque solo él ha sabido ver la puta que hay en mí, y cuidarla como lo que es: un tesoro que no se comparte.
Comentarios
Publicar un comentario