Me ha pedido
'Mi Domine' que le cuente que me ha parecido nuestra primera cita. Escribo 'Mi
Domine' entre comillas, porque para mí es lo más complicado y al mismo tiempo
lo que más me atrae de esta historia: Considerarme sumisa.
Sé que puedo
hacerlo porque es lo que deseo hacer, pero entonces... ¿lo soy?, ¿soy sumisa? ...
Yo creo que lo soy porque deseo experimentar, no porque mi esencia sea esa.
Sé que a él
lo que le gusta es tener a una sumisa sin experiencia, podría haber jugado al
juego de hacerme pasar por inexperta, pero no, no puedo mentir, además creo que
no sé. Mi recorrido sexual es amplio y he experimentado relaciones fuera
de lo estándar, aunque es cierto que nunca he tenido una experiencia de
sumisión.
Soy una
mujer que vivo mi sexualidad de una forma muy libre. Me gusta ponerme retos y
que me suba la adrenalina al ver "donde me he metido" y después ver
de qué he sido capaz. Me gusta llevar a cabo mis fantasías y me da
"subidón" saber que para la mayoría de personas las fantasías sexuales
siempre siguen siendo fantasías, por falta de valor, o por falta de
oportunidades, mientras que yo casi siempre las llevo a cabo. Soy una pura
contradicción, una 'rebelde sin causa'.
Le doy al
sexo mucha importancia y al mismo tiempo muy poca. Me explico: No relaciono los
valores morales de alguien por las prácticas sexuales de cada uno. Se puede
seguir siendo inocente teniendo un bagaje importante en este ámbito o se puede
ser muy oscuro sin haber pasado del polvo de los sábados. Quien juzga a alguien
por sus gustos sexuales o por su colección de amantes, me parece, como poco,
alguien muy simple.
Por otra
parte le doy mucha importancia al sexo porque es una de las cosas que me hace
sentir más viva. He tenido grandes y buenos amantes y aunque la mayoría de
veces ha sido muy satisfactorio, siempre he creído que hay algo más...que ahí
no están mis limites (aunque aún no se donde están).
Conocí al
Profesor Domine por internet hace algunas semanas, y desde el principio sus
mails me decían que ese era el camino a seguir ahora, que tenía que someterme a
él, ser su sumisa. Cada mail suyo provocaba una contracción uterina y el
humedecimiento de mi entrepierna.
Estas
semanas han sido una excitación continua, aunque llenas de 'pero...' por mi
parte. No había manera de obedecerle. Nuestros horarios tampoco son
compatibles, así que esto parecía estar abocado al fracaso. Pero estaba escrito
que tenía que vivir unas horas al lado del profesor, así que, de forma
excepcional, encontré un hueco en el que podíamos coincidir. Este lunes.
Reconozco
que no he dormido bien desde que acordamos vernos. Una voz a la derecha de mi
cabeza me decía: 'Auriel, tranquila, no pasará nada que no quieras, y con mucha
probabilidad, nada que no hayas hecho, y de cualquier manera, que te quiten lo
bailao. Sea para bien o para mal, te quitarás este deseo que tienes de
conocerle'.
La vocecita
que estaba a la izquierda me decía: '¿Estás loca? ¿No puedes recurrir a alguno
de tus amigos especiales para pasar un ratito de sexo? ¿Cómo vas a ir con
alguien que no sabes quién es ni cómo es para someterte a él?'
Y así he
pasado días y noches, oyendo estas voces en mi cabeza sin saber a cual
hacer caso, hasta que ha llegado el momento.
Paso por
encima los nervios de los preparativos, en los que no sé si me he lavado los
dientes tres veces o si me he pintado los labios cuatro. He llegado a nuestro
lugar de encuentro, me ha dicho que llegaba en 15 minutos, que tenía tiempo de
ir a tomar algo, y eso he hecho, pero en vez de beberme la tónica que había
pedido he ido al baño a lavarme otra vez, no quería que me encontrara sudada, ni
mojada.
Cuando le he
visto toda la seguridad que suelo tener se ha desvanecido. Él da confianza y es
muy agradable, pero darme cuenta de que sí, de que ya era el momento, me ha
puesto extremadamente nerviosa y no podía hacer nada más que reír, esto
provocaba que me viera a mi misma como una tonta por lo cual me ponía más
nerviosa y he entrado en un bucle.
He olvidado
hablarle de usted y cuando lo he recordado no podía hacerlo porque me daba la
risa. El ha llevado la situación con mucha destreza y poco a poco sin
darme cuenta mis risas han pasado a jadeos. Me ha dado mucho placer, y en
realidad, sí que ha habido momentos en que me he sometido a él, aunque después
me daba la risa...
Soy una
mujer que suelo llevar la iniciativa y me costaba estarme quieta. Creo que no
he sabido jugar al juego que él quería. Esta sensación aún me acompaña. Me ha
gustado mucho estar con él, pero sin duda no era lo que él quería encontrar.
Siento que
he fracasado. Me ha gustado sentir sus azotes y me ha costado aceptar sin poner
las manos en medio o sin rechistar a algunas cosas que eran nuevas para mí. Si
no las he practicado antes no ha sido por falta de oportunidad, si no porque no
quería practicarlas, me daba vergüenza o no me apetecía. Pero de repente, con
él, ha ganado el atisbo de sentimiento de sumisión que ha nacido desde que lo
conocí.
He permitido
que 'Mi Domine' me arrebatara mi virginidad anal, que me follara el culito. He
realizado la doble penetración, también inédita en mi vida, y he disfrutado comiéndole
el culito a mi nuevo amo, cosa que tampoco había hecho nunca.
¿Porque hoy
he accedido sin rechistar a realizar cosas que nunca había aceptado antes? aún
no lo sé... Misterios de la vida y del placer.
Una colaboración de Auriel, mi aspirante a sumisa.
Auriel, creo sinceramente que serias una excelente sumisa y que cumplirias con mis deseos sin mayor problema. Es cierto que el primer dia estuviste nerviosa, y que te costó cumplir con según qué normas, pero estoy seguro de que con paciencia y mi ayuda, llegarias a ser una magnífica sumisa. Fue un verdadero placer haberte azotado, pellizcado, sodomizado y follado.
ResponderEliminar