El Profesor Domine ha venido a casa a verme, honrándome con
su visita. Llega con hambre, y me ha pedido que le prepare un plato típico de
mi país. He cocinado para él un sancocho, un caldo sabroso, un poco espeso, y cocinado con carnes, legumbres y tubérculos.
Le he servido un poco y me dispongo a
llevárselo para que lo deguste.
Me gusta ser su esclava, que me trate como a una perra. Me
excita y me pone muy cachonda que me trate como a un objeto, que me humille. A
mi Domine le gusta que le haga de mesa, que me ponga a cuatro patitas para que
así me pueda usar de mesa, poniendo su plato en mi espalda. Me ha pedido que
vaya desnuda, tapada únicamente por el delantal de cocinar. Así, mi espalda y
mi culo quedan al descubierto, para que las use cuando él desee.
Mi Domine está sentado cómodamente en el sofá mirando la tv,
y yo estoy a un lado, de pie y nerviosa, esperando sus órdenes. Como ya me
esperaba, me pide que me coloque a 4 patas delante de él, para servirle como
mesa de apoyo para el plato. Él se acomoda y separa un poco las piernas, para
que yo pueda colocar mi cabeza, de manera que su polla quede delante, y mi culo
queda empinado y al descubierto, a la perfecta vista de mi Profesor.
Tras colocar el plato encima de mi espalda, empieza a probar
la comida
- "Uummm sabrosa, cristal, me gusta mucho."
- "Gracias, mi Domine. Es un placer servirle, mi
Domine.
- "No me gusta comer solo, Cristal. Te doy permiso para
que tú también comas. Aliméntate chupando mi polla y los huevos".
Ansiaba esa orden, deseaba chupar el miembro de mi Domine.
Ya tenerla tan cerca de mi boquita me había provocado comerla. Uso mi boca y
dientes para aflojar su pantalón y saco lo que sería mi alimento de ese día. Lo
lamo como la perra que soy, siempre hambrienta y deseosa de la polla de mi Amo.
Lengua arriba a abajo, desde donde empieza su palo hasta la suave y rosada
punta.
Ahí, en el capullo, me paro un poquito para chupar tal
caramelo dulce y apetitoso. Recorro de nuevo todo el tronco, pero esta vez con
mis labios, chupándola, dejándola empapada con mi saliva, subiendo y bajando
bien suave, retozando con la lengua, moviéndola en círculos todo alrededor. La
noto durísima, hinchada y latiendo...
Entonces noto que mi Domine aparta el plato de mi espalda y
se incorpora un poco.
- "Zasss", un azote. Me encanta que me azote el
culo
- "Bien, Cristal, sigue comiendo. Está bueno este
sancocho", me dice mientras vuelve a su posición mas cómoda.
Con esas palabras, mis jugos empiezan a bajar por mis
muslos, mientras aprieto mi chochito para aguantar la excitación. Mi Domine
disfruta su comida, y yo disfruto mucho más la mía.
Hurgo con mi nariz y lengua, y acomodo los huevos, para
poder lamer mucho rato la unión de ellos. Primero chupo uno, luego vuelvo a
lamer la polla, y después chupo el otro. Mi Amo lo está disfrutando, se nota,
esa polla está cada vez más dura, y me encanta jugar con mi labios y lengua en
la polla de mi Domine.
Él vuelve a retirar el plato, y se vuelve a incorporar...
- "Zasss", otro azote, y yo aun más cachonda.
Ahora mi Domine acaricia mi sexo, y nota que estoy
destilando jugos como puta que quiere que la follen. Pasa su mano, llena de mis
fluidos, de mi chochito al culito, metiendo y sacando un dedo varias veces, y
excitándome aún más, mientras yo sigo comiendo su polla, ahora más rápido,
mamándola rico, metiéndola completa hasta que toca mi garganta. Mi Domine
presiona mi cabeza, atragantándome con ella por unos segundos... me suelta y
subo despacio, dejando hilos gruesos de saliva por toda la polla. Estoy muy agitada.
Sin querer se me escapan gemidos, él no me había autorizado a hacerlo.
Mi Amo se pone de pie, y dejándome a 4 patas, con la cabeza
sobre el sofá, me folla rudo y duro por el culo, me embiste con fuerza, y
tomándome del pelo me ordena:
- "Tócate sumisa, tócate y córrete, Cristal. Córrete
mientras te tomas la leche."
Y así lo hago, chupo su polla con ganas, esperando su semen,
mientras acaricio mi chochito. Me pone muy cachonda que me ordenen que me
corra. Me excita hasta niveles increíbles. Al final, tras unos breves
instantes, mi Domine estalla y su semen inunda mi boca al mismo tiempo que yo
alcanzo el clímax.
Yo repaso con calma su polla, buscando hasta la última gota
de leche de mi señor, es mi alimento y no puedo desperdiciarlo. Luego descanso,
quedando satisfecha con mi alimento, y mí Domine también. Él amo me acaricia,
me felicita por el trabajo, y queda mirando la tele. Yo permanezco a su lado,
esperando sus órdenes.
Una fantasía de Cristal.
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