La sumisa en el Glory Hole.



Como todos los días me disponía a revisar mis mensajes y ver cuál era la tarea que me tenía asignada Mi Domine para mí. Efectivamente, había un mensaje en mi bandeja de entrada.

"Buenos días sumisa Sophie.                
 Hoy tengo pensado algo nuevo para ti.
 Arréglate como siempre, de la forma que te dije para los encuentros conmigo.
 Espera un mensaje de texto con las indicaciones de dónde nos reuniremos esta vez.

 Profesor Domine."

Cerré mi laptop y me dispuse a prepararme para el encuentro  con mi Domine. Saqué de mi closet el vestido lila que tanto le gusta, y que me marca el cuerpo. Me estaba terminando de arreglar cuando sonó mi teléfono, era el mensaje que tanto estaba esperando.

- "Llega al edificio Royal a las 3 de la tarde y espera mi llamada"

Nunca nos habíamos reunido en ese lugar, lo cual me pareció muy extraño pero como decía en su Email tenía algo nuevo que enseñarme. Comencé a sentirme presa de los nervios y de la curiosidad, la paciencia no es mi fuerte y me ganaba más de un castigo por ello. Seguí dando vueltas al tema… ¿Que había en aquel lugar que pudiera ser parte de mi entrenamiento?
Me dirigí al encuentro con mi Profesor muerta del miedo, pero debía calmarme o me sorprendería si lo llegara a notar.

Era la hora acordada y allí me encontraba frente al lugar de reunión. La zona no era muy transitada y no había mucha gente alrededor. De pronto el sonido de mi teléfono y me sacó de mis pensamientos.

- "Hola sumisa Sophie, me encanta como se te ve ese vestido." - me dijo entre risas.
- "Buenas tardes, Profesor Domine." - dije tratando de sonar natural pues no quería que notara mis nervios, aunque mi voz siempre me delataba.
- "Tienes miedo?" - Hablándome en tono molesto
- "No Señor."
- "Sabes que te has ganado un par de azotes verdad?, pero ya te castigaré luego, ahora quiero que te dirijas al local que tienes enfrente. Al entrar, una chica que te dirá a donde debes seguir." - dicho eso, colgó.

Me dirigí al local según ordenó mi Domibe. La fachada era algo extraña y poco común. Entré y una chica de unos 30 años me dijo algo así como "sígame la están esperando". No le presté mucha atención a lo que decía pues estaba observando el lugar, que tenía aspecto de sex shop, pero sin serlo, y lucía carteles donde se leía "Glory Hole". Nunca había oído ese término, "agujero sagrado", así que no le di mucha importancia.

Abrió la puerta de lo que parecía ser un cubículo y vi que el Profesor Domine estaba sentado en un sofá rojo, esperándome. Me dirigí a él con la cabeza baja pues pensaba que estaba enojado.
La chica cerró la puerta, y pasaron casi 5 minutos antes de que mi Domine dijera alguna palabra. El sabia que me estaba impacientando pero si yo levantaba la mirada no iba a poder sentarme en un par de días.

- "Sumisa, no voy a reprenderte por ahora. Te explicaré cuál será tu ejercicio de hoy. Ves ese hueco en la pared?"
Levanté mi cabeza y observé que al lado del sofá había un agujero no muy grande. No sabía que significaba así que esperé a que siguiera explicando lo que debía hacer.

- "Quiero que primero te desnudes tú misma, y que me desnudes a mi también, como siempre haces. Luego te  arrodillarás frente a ese agujero sagrado y esperarás paciente a que aparezca una polla, la cual lamerás y comerás como una buena niña que eres. Como dice el nombre, eso es un agujero sagrado, un Glory Hole, y las pollas que aparezcan por ahí son sagradas. Deberás repetirás el ejercicio 3 veces, chupando lo que ahí aparezca."

Asentí nerviosa, y me dispuse a hacer lo que me ordenó. Me quité el vestido con delicadeza y lo coloqué en el sofá. Acto seguido mi Dom se levantó del sofá y yo empecé a quitarle el traje con mucho cuidado de no arrugarlo. Lo dejé al lado de mi vestido.

Giré mi cuerpo hacia la pared y me arrodille, de manera que mi cabeza quedaba a la altura del agujero. Inmediatamente salió de allí una polla, grande, algo oscura y gruesa. Dudé en tomarla pues hasta el momento la única polla que disfrutaba era la de mi Domine y algo en mi cabeza me decía que lo estaba engañando.

- "Que estas esperando?" - dijo el Profesor con su voz de mando haciéndome brincar del susto.


Volví a centrarme en mi ejercicio, tomé esa polla poco apetitosa con mis manos, y la empecé a masajear muy lentamente de arriba abajo. Poco a poco fui pasando la lengua  por la punta mientras acariciaba sus huevos con mi mano. No sabía de quién era ese pene, ni cómo sería la persona. Sería mayor, seria joven?

La introduje en mi boca muy despacio, notando como iba poniéndose dura y más gruesa. Ya por completo en mi boca la mantuve un rato sintiendo un poco de ahogo, pero nuevamente la fui sacando sin afán para ir recuperando el aliento. Sentía como mi saliva escurría por mi cara deslizándose por el cuello hasta mis pechos, seguí masajeando de arriba abajo y metiéndola en mi boca por completo en algunos momentos.

Bajé hasta sus huevos, succionándolos uno a uno, mientras acariciaba la punta con los dedos. Lentamente, subí lamiendo esa polla por completo, notando cómo el extraño estaba a punto de correrse. Tras unos segundos lamiendo su parte más sensible, sentí como se corrió por toda mi cara sin darme cuenta.

No lo había disfrutado, no estaba concentrada en lo que hacía,  y mi Dom lo sabía así que se levantó del sofá  a mi lado.

- "Quiero que hagas bien el ejercicio o pasaremos todo el día acá si es necesario, no te vas a limpiar aún, sino hasta el final. Quiero ver si quedas cubierta de semen o si lo tragarás, de eso dependerá el éxito o el fracaso de lo que estamos haciendo hoy. Trágate la leche de esas pollas." - Dijo en voz muy alta.

La segunda polla salió por el agujero. No era muy grande, pero si muy gruesa, dudaba si cabría en mi pequeña boca, pero no había tiempo para miedos o sería peor. Además, mi Domine continuaba a mi lado, observando cómo hacia el ejercicio, y eso me ponía aún más nerviosa.

La tomé con mis manos, masajeándola muy suave y lento, pasándole la lengua de arriba abajo, como lo hice con la primera, bajando a los huevos, succionándolos fuerte uno a uno… De pronto sentí como mi Domine me tomó del cabello, jalando un poco, cosa que me excitó y empecé a disfrutar de su presencia a mi lado.

- "Chupa esa polla como si fuera mía, Sophie" - me dijo al oído.

Continué jugando con el pene del extraño que estaba al otro lado de la pare. Lentamente fui introduciendo la polla en mi boca, pero la mano de mi Domine, en mi cabeza, tenía otro plan y me presionó hasta que ya la tenía completamente en mi boca, clavada, y casi ahogándome. Sentí como mi saliva escurría por mis labios, y como yo me iba excitándome aún mas. Estaba empezando a disfrutar de esto. La idea de que mi amo me obligara a chupar la polla de aquellos extraños se hacía más excitante por momentos. Era provocativo, y me sentía sucia, una puta, pero no podía evitar que me gustara.

Retiró por un momento la presión que tenía y pude sacarla de mi boca, respirando fuerte. Sin darme cuenta, el Profesor Domine me empujaba otra vez para que la introdujera hasta mi garganta, sintiéndome entre asfixiada y ahogada. Era una mezcla de susto y placer, las lágrimas bajaban por mis mejillas y notaba como estaba mojada mi vagina, que escurría mis flujos por mis muslos.

De fondo, podía oír los gemidos del extraño a la otra parte de la pared, y sentía como su respiración aumentaba poco a poco. Sentía que estaba a punto de correrse. En la última embestida en mi boca, una explosión de semen me inundó por completo, obligándome a tragar hasta la última gota.

Me encontraba agitada y excitada al máximo.

- "Lo has hecho mejor sumisa, quiero que con la última te esmeres bastante pues al final obtendrás tu premio." - Me dijo mi Domine suavemente a mi oído


Era el momento de mi último Glory Hole por hoy, así que debía hacerlo lo mejor posible pues quería recibir mi premio por ser buena niña. Yo ya estaba cachonda perdida y quería que mi querido Profesor me follara. De reojo pude ver como mi amado Profesor Domine seguía a mi lado, ya con su pene bien tieso y duro.

No tardó mucho en aparecer una nueva polla por el agujero. Aquella tenía un tamaño adecuado y un grosor aceptable.

Tras agarrarla, pasé la lengua por sus huevos, dedicándome a succionarlos y acariciarlos varias veces hasta notar que su miembro se ponía bien duro. Era el momento de subir con mi lengua y recorrerla sin dejar un lugar seco hasta llegar a la punta. La pasé por el huequito, casi metiendo la punta de mi lengua y degustar su líquido salado, la fui introduciendo en mi boca pero ahora más rápido, salía y entraba cada vez mas y mas fuerte, me ayudaba de mis manos para meterla hasta el fondo.

Estaba disfrutando bastante, gemía, lloraba y podía sentir como mis pezones me dolían de lo duros que estaban, el calor me invadía de forma abrumadora, creo que estaba por correrme y el extraño también.

- "Levanta el culo, sumisa." - me dijo mi Domine como una orden.

Me levanté del suelo, sin sacar la polla del extraño de mi boca, y coloqué mis manos en la pared para sostenerme, cuando sentí como el Profesor Domine introdujo su polla en mi vagina embistiendo con fuerza.

Ahora estaba penetrada por dos pollas sin piedad. Las embestidas de mi amo me obligaban a tragarme enterita la polla de mi tercer extraño, que gemía de placer al otro lado de la pared. Fue en una de esas embestidas cuando el extraño se corrió en mi boca, directamente en mi garganta, tragándome su leche por completo y provocándome alguna arcada.

Pero no podía parar para descansar, mi Domine seguía dándome duro y azotándome el culo hasta  que me lo puso súper rojo. Pude ver como el extraño acercó su ojo al huequito, intrigado por los sonidos que oía, y se quedó viendo como mi Domine me follaba cual perra.

Tras correrme dos veces, me giró y me hizo tomarme también su leche, la cual era para mí un manjar. La saboreé y degusté como si fuera la primera del día, como si no hubiera nada más en la tierra que tomar.

- "Lo has hecho bien, sumisa Sophie, pero debes mejorar, así que esto entrará en nuestra lista de ejercicios, y tal vez tengamos que venir varias veces hasta que lo domines por completo. Límpiame y vísteme, luego lo harás tú ya que es casi hora de irnos."

Asentí e hice lo que me ordenó, me dio un último azote y salimos de aquel lugar. Fue una experiencia única que me abrió la mente, pues nunca pensé en hacer algo parecido y menos aún disfrutar de masturbar a desconocidos.

Gracias, mi Profesor Domine.

Una nueva colaboración de Sophie.

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