Un trio para Sophie, con su Amo y una lesbiana muy puta.



-"Buenos días Sumisa Sophie, hoy harás algo diferente porque quiero pervertirte más y que explores nuevas sensaciones en tu cuerpo y sobretodo que descubras otra manera de disfrutar el sexo.  Profesor Domine."

Al leer este mail de mi Domine me asombré mucho, pues todas las sesiones con él eran nuevas y diferentes para mí, por lo que no entendía muy bien a qué se refería. Aún así, me gustaba esa idea.

Me vestí como siempre para las sesiones con mi Domine, llegué al lugar indicado y entré a la habitación, pero para mi sorpresa mi Domine no estaba solo, una mujer estaba con él. Eso me frenó un poco pues siempre le había dicho a mi Dómine que no me gustaba la idea de un trío y mucho menos estar con una mujer. No sabia que hacer o reaccionar, era algo imprevisto para mí. Pero me gusta complacerlo, y si eso tenía en mente para hoy, yo debía obedecer como buena sumisa que soy.

-" Sophie, hoy no seré yo quien disfruté de tu cuerpo. Hoy quiero  ver cómo nace una nueva perversión en ti. No quiero que te enfrentes, sino todo lo contrario, déjate llevar, sé que no te gusta la idea de estar con una mujer pero como mi perra que eres, sabrás complacerme".

Sus palabras no me llenaban de seguridad como todas las otras veces, era algo diferente y no sabía cómo reaccionar pero no quería decepcionar a mi Domine así que asentí con la cabeza y seguí en mi sumisión

Mi Dómine se acercó a mí de la mano de su compañera. Los dos me observaron por unos minutos, escuché como le decía al oído que me desvistiera. Sería la primera vez que una mujer tocaría mi cuerpo de forma lujuriosa. Empecé a sentir como lentamente me fue desabotonando el vestido en la espalda, dejándome en ropa interior y en tacones frente a la cama.

Mi Domine hoy era un espectador nada más, estaba acomodado en una silla al lado de la cama deleitándose con el panorama que tenía en frente. Aquella mujer me pervertiría y sacaría mi lado lésbico ya sabía muy bien qué hacer. Continuó desvistiéndome muy despacio, primero me retiró el sujetador dejando al descubierto mis pechos. Empezó a masajear y a pellizcar mis pezones casi como lo hacia mi Domine, podía sentir como mi cuerpo reaccionaba al contacto de sus manos excitándome bastante. Luego fue bajando mis pantis hasta los tobillos levantando mis piernas una a una para retirármelos.

Me estaba empezando a calentar bastante, era algo muy extraño para mi, pues con mi Domine me sentía excitada desde el momento en el que entraba a la habitación, pero con esta mujer era diferente. Los nervios del inicio se estaban volviendo placer.

Me reclinó sobre el borde de la cama dejándome casi a cuatro patas, sintiendo como ella se arrodillaba detrás mío y apretaba mis nalgas. Me di cuenta de que esta sesión no iba a ser sólo de sumisión como las otras, sino que me iba a follar una mujer, por lo que mi cuerpo empezaba a dejarse llevar por el momento, aunque tenía en mi mente la imagen de mi Domine observándonos, lo que me hacía excitarme más.

Aquella mujer comenzó a acariciarme las nalgas y podía sentir como sus manos recorrían mi culo y mis piernas. De pronto abrió mis nalgas casi por completo y con su lengua humedeció mi culo, esa sensación logró sacarme un par de gemidos. Siguió su camino, lamiéndome casi hasta llegar a mi vagina, ya estaba muy mojada.

Entonces introdujo uno de sus dedos, para dilatarme el huequito. Lo sacaba despacio y volvía a meterlo, pero cada vez con más fuerza, haciéndome gemir bastante. Se detuvo por un instante y, pude notar como metía un plug en mi culo, lo cual acepté de buen gusto.  

Me inclinó un poco más, de manera que mi trasero estaba bien levantado, dejando mi vagina a su disposición, por lo que continuó el juego con la lengua mientras separaba un poco más mis piernas para tener más acceso. Podía sentir como entraba y salía de mí una y otra vez. Mientras me comía el coñito, utilizaba una mano para acariciarme y la otra para penetrarme el culito con el plug.

Tras un rato jugando conmigo, se levantó, y pude ver como agarraba una venda y unas esposas. Era claro que eran para mí. En este punto el temor y las dudas ya se habían disipado por completo, me sentía excitada y emocionada con el roce suave de sus manos.

-"Quiero que estés más cómoda Sophie"
Susurró delicadamente en mi oído mientras me guiaba hasta la cama, atada, y con los ojos ya vendados.

Me colocó boca a abajo a los pies de la cama supongo que para que mi Domine pudiera ver mi cara excitada y puso una almohada en mi vientre para que mi culo quedara elevado. Sentí como su lengua empezó a deslizarse entre mi culito y mi clítoris, un par de gemidos salieron sin que pudiera controlarlos y mi excitación era bastante.

Mientras se divertía con mi trasero sus manos aguardaban mis tetas con fuerza, jalando y pellizcando mis pezones cada vez más intensamente. El plug en mi culito vibraba cada vez mas fuerte por lo que mis gemidos ya iban en aumento pues su lengua entraba y salía de mi coño  mojado.

Seguía penetrándome con su lengua una y otra vez mojándome cada vez más, mis piernas estaban temblando y mi respiración era cada vez más intensa.


Creo que el momento de espectador de mi Domine se terminó porque pronto sentí sus huevos en mi boca y su voz excitante diciéndome:
-"Veo que disfrutas, Sophie. Y eso que tú no querías experimentar esto, ves como yo sé lo que te gusta?  Ahora también disfrutaré un poco contigo así como me gusta. Cómeme, perra. Cómete mis pelotas."

Empecé a succionar y a lamer sus huevos hasta su culo como a él le gusta, mientras mi vagina estaba siendo lamida y penetrada. Aquella mujer ya me había hecho cambiar mi negativa a una experiencia lésbica por un placer maravilloso.

En ese momento, Mi Dómine empezó a follarme la boca, enérgicamente, hasta el fondo, generándome arcadas y que algunas lágrimas se derramaran por mis mejillas. Me encanta que lo haga, esa sensación me excita mucho.

Podía sentir como mi amiga podía deleitarse con mis fluidos pues todo lo que estaba sucediendo me estaba haciendo mojar bastante, hasta el punto en que no aguanté más y le pedí permiso a mi Domine para correrme.

-"Córrete, mi puta… te lo mereces por aceptar esta experiencia". Aquel orgasmo fue fantástico, mi primera corrida lésbica. Me encantaba como aquella mujer me comía el coñito.

De pronto, Mi Domine se detuvo sacando su polla de boca y mi nueva amiga también dejó de penetrarme con su lengua, por lo que no sabía que estaba pasando. El no poder ver me intimidaba un poco, hasta que sentí que alguno de los dos sacó el plug de mi culo, dejándome el huequito bien dilatado. Seguía sin saber que estaba pasando, y logré escuchar la puerta del armario, por lo que asumí que tanto mi Domine como su compañía se habían desnudado.

Mi Dómine me tomó de la mano y me levantó un poco poniéndome de rodillas sobre la cama, empezó a jalarme los pezones como le gusta y eso me hizo gemir de nuevo. Pasó una de sus manos por mi coño mojado y continúo hasta mi culo ya dilatado.
-" Creo que estás lista para un segundo orgasmo, verdad perrita mía?
Asentí con la cabeza, e inmediatamente sentí como un vibrador entraba en mi coño, lo que me hizo brincar un poco. Yo estaba ya tan excitada que mi cuerpo no paraba de vibrar. Nuevamente, mi Domine me acomodó a cuatro patas, pero esta vez mirando hacia la cabecera de la cama y mis piernas más salidas de lo normal.

Me penetró el culo sin piedad, lo que provocó que lanzara un grito de placer, mezclado con una pizca de dolor… mi coñito estaba atravesado por un vibrador, y mi culo por la polla de mi Amo. Detrás, nuestra compañía estaba de rodillas, lamiendo el culo de mi Domine, jugando con los dos. Intuyo que su lengua pasaba de su culo a sus pelotas, porque de vez en cuando notaba como también pasaba su lengua por mi clítoris.

Fueron solo unas embestidas, hasta que mi Dómine sacó el vibrador de mi coño, súper mojado, facilitando que mi nueva amiga pudiera lamérmelo otra vez mientras él seguía penetrándome cada vez con más fuerza.

A este punto mis gemidos eran constantes, y lo que sentía era algo que nunca me había imaginado antes. La sensación de ser follada en el culo por mi Domine y penetrada por la lengua de una mujer en mi coño era algo maravilloso. Mi cuerpo estaba vibrando, transpirando, no sabía cuánto más podía resistir.

Mi Dómine me tomó del pelo, tirando hacia atrás, para generarme más excitación, tratándome como a la perra que soy, como si quisiera que me corriera ya.
-"Vamos, Sophie, córrete otra vez, deja que nuestra amiga disfrute de ti al máximo."

Sin que pudiera  terminar de decirlo mi cuerpo explotó en un maravilloso orgasmo, no paraba de temblar, y casi no podía musitar palabra. Mi respiración era agitada, y aquella había sido una experiencia diferente, que me había llevado al éxtasis.

Sin dejarme descansar, mi Domine sacó su polla de mi culo y me hizo girar de tal manera que pudiera recibir mi premio, su leche. Al igual que nuestra nueva amiga, pude sentir en mi cara como caía aquel chorro de semen que tanto me gustaba. Las dos pudimos deleitarnos con ese rico manjar sin derramar una gota.

Me acerqué aún más para lamer la polla de mi Domine y así obtener más de mi premio. Ahora eran dos lenguas que lamían para dejar bien limpia su polla. Nunca había participado en una mamada a dos lenguas, y aquello me parecía especialmente morboso.

Mi Dómine me retiró la venda de los ojos y las esposas mientras nuestra amiga se iba cambiando. Permanecí arrodillada, mientras pude ver como la mujer le dijo algo a Mi Dómine antes de salir de la habitación.

-" Sophie, hoy has estado magnífica y me has complacido. Sé que a ti también te ha gustado bastante, por lo que seguramente hagamos otras sesiones así.", dijo mi Domine antes de entrar en la ducha.
-"Ahora, como siempre, deberás bañar a tu Amo antes de marchar".

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