Pervertir a una sumisa, convertirla en una perra viciosa y puta.



Uno de los trabajos que cualquier Amo o Tutor debe realizar con una sumisa novata es pervertirla, convertirla en una perra, bisexual, puta, lesbiana, chupona y viciosa. Cuando una mujer decide ser sumisa de un Amo, se le presupone ya, de inicio, una perversión y un morbo especial. Aun así, su mente joven e inexperta aún no está acostumbrada a según que vicios y debe ser el Amo o Tutor el que eduque a esa mujer para llegar a ser lo que él busca.

Lo que nosotros llamamos educar no es más que pervertir a una sumisa. Un Amo con experiencia conoce muchas más perversiones sexuales que cualquier sumisa novata. Su trabajo es conseguir que esa mujer descubra esos placeres, disfrute con ellos, y poco a poco vaya aceptando y deseando llegar un poquito más allá.

Inicialmente, una sumisa llega a manos de su Profesor con una mente abierta, pero con una serie de prejuicios preestablecidos por la sociedad, en los que según que prácticas sexuales son vistas como una perversión. Es trabajo mío el enseñar a esa sumisa a disfrutar de esas prácticas y conseguir que abra su mente aún más. Para ello es muy importante la excitación. Una mujer excitada es capaz de aceptar juegos que nunca aceptaría en otro momento.

Una paja, una mamada, tragarse el semen, permitir que el hombre se corra en tu cara, untarlo por su cuerpo, que te coma el culo, el sexo anal, la doble penetración, un trío, el lesbianismo o la lluvia dorada son prácticas que hay que ir inculcando a una sumisa, poco a poco, con la idea de pervertirla (o "educarla") hasta convertirla en tu perra. La idea final es que tu alumna sea capaz de comerte el culo, chuparle el coño a otra mujer, o recibir tu orina, siempre con una sonrisa y disfrutando de la sesión.

Evidentemente, no le puedes pedir que haga todo eso en la primera sesión, ni siquiera en la décima. Los pasos hay que ir dándolos poco a poco, hasta acabar llegando a los niveles más altos, en los que ya podremos decir que la sumisa es tu puta, tu zorra.

Os puedo asegurar que pocas cosas más excitantes hay que tener a una mujer arrodillada, ante tí, desnuda, comiéndose tu culo, tus pelotas y tu polla, hasta acabar corriéndose encima de ella, y a continuación, mearse en su cuerpo, que reciba tu pis calentito. Pero ese placer solo podrás recibirlo después de haberla educado, con calma, con pasión, y haciendo que ella se sienta segura contigo, que se sienta protegida y cuidada.

Y como ya he comentado antes, es necesario que se sienta cachonda, excitada ante la idea. Es tu trabajo, como Amo, conseguir que ella esté excitada, que disfrute de la situación, y que descubra que quiere ser pervertida, hasta el final. Ponte las pilas, haz que ella disfrute de esas perversiones, y te seguirá hasta el fin del mundo.

Comentarios

  1. Felicidades, Profesor, por su gran dominio del tema, y por tener unas sumisas tan bien educadas y serviciales. Las deja usted tener sexo con sus parejas, o maridos?

    ResponderEliminar
  2. Sí, admirador, las dejo tener sexo con sus respectivas parejas. Era una condicion previa, igual que la privacidad. Mis sumisas estan casadas, no tienen intención de romper su matrimonio, y yo respeto eso. Ellas buscan a un Amo comprensivo y vicioso que las azote, las someta, las viole, y las eduque.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario