No vamos a negar que a la mayoría de los hombres, sobre todo
los morbosos perversos y viciosos como yo, nos encanta la idea de tener un trío
con dos mujeres. Es una de esas situaciones especialmente morbosas para un
macho. Si además eres un Amo como yo, y puedes juntar dos sumisas, que
obedezcan tus órdenes y cumplan con tus deseos, la situación se torna
especialmente erótica.
Particularmente, prefiero además que esas dos mujeres
jueguen entre ellas practicando según qué juegos lésbicos. De hecho, Uno de los
placeres mas morbosos y viciosos que he realizado, es el poner a una mujer a
comerle el coñito a otra, de manera que lleguen al máximo, interrumpirlas justo
en ese momento, meter mi polla hasta el fondo en el conejo de una de ellas, y
tras follarla un ratito, meterla luego en la boca de la otra. La idea de que
una mujer me chupe la polla mientras saborea los efluvios del coñito de otra me
pone muy, muy, muy verraco.
¿Porque a los hombres les gusta la idea de participar en una
sesión con dos mujeres? Obviamente, la
idea de tener dos cuerpos femeninos desnudos delante tuyo multiplica por dos el
deseo carnal. No hace falta dar muchas vueltas para entenderlo. Si el cuerpo de
una mujer nos aporta una belleza innata, una visión fantástica, el cuerpo de 2
mujeres desnudas duplica ese placer. Y si una mujer nos puede dar placer por
ella sola, dos mujeres pueden duplicar ese placer, teóricamente.
¿Y por qué una sesión lésbica? Es decir, si al final el objetivo es que las
dos mujeres me den placer a mí, como hombre, qué necesidad tengo yo de que
quieran jugar entre ellas? Pues
evidentemente, todo esto es únicamente por el morbo, el vicio, y la perversión
de ver dos mujeres dándose placer la una a la otra. Yo, como Dominante,
necesito pervertir a mis sumisas, y necesito que ellas quieran asumir
diferentes retos en el mundo del sexo. Retos como masturbar a otra mujer, o
como comerle el coñito a una igual.
Es especialmente interesante que una mujer, sumisa y
heterosexual, quiera comerle el chochito a otra sumisa, investigando así en el
mundo del lesbianismo y disfrutando de ello. Se presupone que una mujer sabe
mejor que nadie como le gusta que le hagan el sexo oral. Se supone por tanto,
que ella sabrá mejor que nadie cómo debe practicar el sexo oral a otra mujer. Por
ese motivo, una mujer debería siempre ser capaz de comérselo a otra mujer mucho
mejor que un hombre, y un 69 entre dos mujeres debe aportar esa ración de
placer necesaria a cada una. Quiero que mis sumisas sepan dar ese placer a otra
sumisa, y que lo reciban a la vez.
Quiero que lleguen al orgasmo, y quiero que sean capaces de llevar al
orgasmo a sus semejantes, disfrutando de ello.
Como es obvio, dos lesbianas puras difícilmente van a
mantener un trío conmigo porque ellas no buscan un hombre. Ellas solo quieren
jugar con otras mujeres, y un hombre por el medio les molesta. Sin embargo, en
la mente de muchas mujeres heterosexuales siempre está la idea de jugar con
otra semejante, 'probar' el lesbianismo. Mi trabajo, como Amo y Profesor, es
educar a mis sumisas introduciéndolas en ese mundo, permitiendo que ellas
descubran nuevos placeres, y que puedan comerse un coñito igual que lo harían
con mi polla.
Evidentemente, el objetivo final de todo esto es que las dos
sumisas se perviertan, disfruten y se corran jugando entre ellas, para acabar
satisfaciendo a su Amo las dos a la vez. Otro de los placeres inmensos para mí
es el tener a mis dos alumnas arrodilladas ante mí, una delante y otra detrás,
comiéndome a la vez los huevos y la polla. Una experiencia maravillosa.
Ni que decir tiene que tener a 3 sumisas jugando entre ellas
se convierte en un lujo. El motivo ya es meramente la perversión, el placer de
tener a 3 mujeres pendientes de tí. ¿Tendré alguna vez a 3 sumisas en una sola
habitación, jugando entre ellas, y dándome placer? Pues no lo sé, pero sería increíble, y a poco
que pueda lo intentaré. Ya os lo explicaré si algún día lo consigo.
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