Sé que tienes miedo, sumisa. Sé que nunca has estado con un
Amo, y que esta es tu primera vez. Sé que tu culito se ha mantenido intacto y
que nadie lo ha usado nunca. Pero fuiste tú la que viniste a mí.
Tú sabías que soy Amo. Sabías de antemano que iba a
azotarte, a vendarte y amordazarte, y que iba a usarte para mi placer. Sabías
que iba a follar tu culo virgen, que iba a desvirgarte. Y viniste a mí.
Viniste a mí porque deseabas ser sumisa, porque anhelabas
ser mi perra fiel, porque necesitabas cumplir mis deseos, y lamer mi cuerpo
entero. Aún no se el porqué, pero necesitas darme placer, y sentirte usada,
penetrada, sucia, desvirgada... y por eso mismo viniste a mí.
No entiendo tus deseos sumisos, ni quiero entenderlos. Yo
soy Amo, no sumiso, y mi deseo es azotarte, atarte, pervertirte. Mi deseo es
follar tu culito virgen hasta que llores de placer. Quiero follar tu boca, tu
conejo y tu culo. Tú sabías que pasaría, y viniste a mí.
Después de azotarte, y de masturbarte un rato, pondré
cremita en tu culo, con cuidado, con mimo, y meteré mi dedo corazón hasta el
fondo en tu ano. Lo meteré y lo sacaré, tantas veces como quiera, poniéndote a
tono. Te sentirás utilizada, te sentirás puta. Por eso mismo viniste a mí.
Y será entonces, cuando note tu esfínter dilatado, cuando
saque mi dedo de tu pompis. Volveré a poner cremita en tu culo, y en mi polla
dura y tiesa, y me dispondré a follarlo. Lo haré con cuidado, sumisa, con mucho
cuidado. Primero meteré la puntita, para que sientas, por primera vez, como una
polla entra en tí por detrás. Para eso viniste a mí.
Y poco a poco, con cuidado, pero sin pausa, iré clavando mi
miembro en tu trasero, hasta que notes, al fin, toda mi polla en tu culo.
Entera, dura, hermosa... Yo te desvirgaré, y te penetraré hasta que me corra
dentro. La primera leche que acabe en tu ano será la mía. Y yo seré, para
siempre, el que desvirgó tu culo. Tú viniste a mí.
Cuando acabe, deberás bañarme, deberás limpiarme y dejarme
limpio, y secarás las gotas de mi cuerpo con tu lengua. Fiel y entregada, tú
serás mi sumisa. Obedecerás mis órdenes, y satisfarás mis deseos. Así lo
quisiste tú, y por eso viniste a mí.
Y a partir de ese momento, serás mi perra. Yo te educaré,
tras haberte desvirgado. Para eso viniste a mí.
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