Con mi experiencia acumulada, la realidad es que suelo tener
bastante buen ojo con las sumisas, a pesar de que no tenga mucha suerte últimamente.
Normalmente, a los 20 minutos hablando ya sé si la mujer con la que hablo es
sumisa vocacional, o si es sumisa de cine.
Llamo sumisa de cine a aquella que después de haber visto
una película o leído 2 libros decide que quiere ser sumisa, que su futuro es
ser sumisa. Suelen durarme entre 2 horas, y 2 semanas, el tiempo que tardan en
aburrirse y descubrir que ellas no quieren ser sumisas, lo que quieren es que
las follen como a perras.
Pero hoy quiero hablar de las sumisas vocacionales en
remoto. Hay mujeres que disfrutan satisfaciendo un hombre, dándole placer sin
pedir nada a cambio. Mujeres que dan 10 y solo piden 1 a cambio, que necesitan
depender mentalmente de alguien. Esas personas necesitan un Dominante que las
cuide, las proteja y las eduque, y una vez hallado ese hombre se entregan
completamente a él, respetándolo como a su Amo, obedeciendo sus órdenes, y
satisfaciendo sus deseos más ocultos.
Una sumisa vocacional se siente feliz con un hombre así a su
lado, y necesitan encontrarlo. Su vida transcurre normalmente de fracaso en
fracaso porque lo que buscan no es lo que ofrecen los demás. Ella busca algo
diferente, algo que no se encuentra en la calle, y que ella misma oculta ante
los demás, por miedo al qué dirán.
El problema es que no todas las sumisas nacen en una gran
ciudad, con acceso a todos los vicios y perversiones. Hay sumisas que nacen en
un pueblo pequeño, o en una sociedad más antigua, en la que estos gustos no son
entendidos ni compartidos. A estas mujeres, Internet les ha dado una ayuda, una
posibilidad de encontrar, a cientos o a miles de kilómetros, lo que no pueden
encontrar cerca.
Y así ocurre, y ha ocurrido, que son varias las ocasiones en
las que he podido encontrar, en la otra punta del planeta, una verdadera
sumisa, una mujer con ganas de encontrar un Amo real, que la eduque, que la
cuide y la proteja, para así poder ella entregarse en alma y cuerpo a ese
hombre. Y efectivamente, después de hablar unos días, he podido descubrir que
esa mujer hubiera sido una excelente sumisa y yo habría sido un Amo feliz teniéndola
a mi lado.
Pero ay ¡¡¡ La vida
no es perfecta, y al final estas sumisas aparecen en Chile, en Granada, o en México...
a miles de kilómetros de mi ciudad. Solo me queda ayudarlas a encontrar un
Amo real, cerca suyo, que las ayude a convertirse en lo que ellas realmente
desean, una sumisa de la cabeza a los pies. O quién sabe, quizás algún día, poder verlas, y tener, al menos, un par de sesiones con ella.
Leerte hoy me alentó en mi lucha personal. Gracias.
ResponderEliminarLucha, Megan... lucha.
EliminarSoy un Ama novata, pero una gran dominante en otros ámbitos de mi vida.
EliminarMe siento responsable de mi sumiso y soy como una Best ia que ha probado la sangre, no cedo mi presa a nadie mientras él desee quedarse a mi lado. Y tampoco cederé ante la dificultad geografica y temporal... Lucho sin rendicion.
A mi el tema geografico me jode bastante mas, la verdad. Yo necesito tocar, azotar, acariciar a mis sumisas...
EliminarCon razón dicen que viajar lo cura todo :)
EliminarMe he sentido tan identificada en la parte de que muchos nacemos en pueblos y entre personas con mentalidad muy antigua.
ResponderEliminarSaludos.
Es difil nadar contracorriente en un lugar en el que nadie entiende tus necesidades...
EliminarSoy ejemplo de eso..usted me descubrió Profesor
ResponderEliminarMe gustaria contactar con una sumisa, para mis primeras experienciaas.
ResponderEliminarJordi