Nunca
pensé que una mujer pudiera dejar su vida, su trabajo, su mundo, para venirse a
vivir a mi lado, con el único objetivo e ser mi nueva sumisa novata. Pero así es lorena,
intensa, entregada y pasional. Así la quiero yo.
Dentro
de una semana llegará a Barcelona para servirme, para obedecerme, para
respetarme como a su Amo, para darme el placer que yo le pida. Viene por mí, y
eso me honra. Sé que quiere ser la mejor sumisa que jamás he tenido y la verdad
es que creo en ella. Sé que pondrá todo de su parte para satisfacer mis deseos
y para convertirse en mi zorrita, en mi perra obediente.
Tiene
20 años menos que yo, y eso se notará. Se notará en su inexperiencia sexual, y
en su manera impulsiva de responder cuando debería callar, y obedecer. Pero sé
que quiere mejorar, y que quiere aprender a ser la mejor sumisa que jamás he
tenido. Yo creo en ti, lorena, y voy a dar todo lo que esté en mis manos para
convertirte en lo que deseas ser, mi sumisa.
Aquí
os dejo un escrito, en el que ella misma explica cómo ha llegado hasta este
punto. Espero que os guste, y espero que podáis leer mucho sobre ella de ahora
en adelante.
"El Profesor Domine y lorena, la
nueva sumisa.
Hace casi seis meses andaba de
curiosa por el internet, buscando cosas sobre BDSM, amos y sumisas, y llegue a
este blog donde me puse a leer unos relatos y posts, lo que me llevó a escribir
un mail al autor.
El Profesor Domine me respondió muy
cordialmente pero nuestra comunicación acabó en breve. Creo que hablamos de los
sentimientos de las sumisas hacia su Amo o algo así, pues yo no tenía mucho
conocimiento sobre este mundo. Yo había sentido que encontré a un experto en el
tema pero como yo no conocía, la comunicación se perdió.
Semanas después, yo tenía un “amo”
en remoto prácticamente pues vivía lejos de mi ciudad y solo nos habíamos visto
un par de veces.
Un día, abrí el correo y encontré
un mail del Profesor Domine preguntándome cómo iba y alguna cosa más. Yo le
respondí, le conté lo del “amo” y poco a poco nuestra conversación fue subiendo
de tono. Él me aplicó un cuestionario sexual, el cual básicamente dejaba notar
mi inexperiencia sexual y mi falta de perversión, pues habían prácticas que
según yo nunca podría realizar porque eran muy duras o sucias, cosas que solo
hacen cierto tipo de mujeres. Suena mal pero tenía el prejuicio en la mente y
aun me preocupaba ser juzgada de mala manera por algún gusto en particular.
Luego de dicho cuestionario hemos
continuado conversando y cada día me iba haciendo mojar las braguitas más y
más, nos escribíamos a diario, le iba contando mis fantasías, mis deseos de
aprender según qué cosas, y Él me iba diciendo qué cosas hacía con sus sumisas,
que le gustaría hacer y me iba contando ciertas experiencias vividas.
No sé en qué punto comencé a desear
ser yo la mujer de esas historias que contaba en el blog y en los mails, ni sé
cuando empecé a desear pertenecerle a un completo desconocido. Y tampoco sé
cuando decidí dejar todo para irme cerca de ese hombre al que yo deseaba como
Amo. Sí, esta vez la palabra Amo va en mayúsculas y sin comillas.
Le comenté al Profesor de mis
deseos y él muy gentilmente me respondió que no tomaba sumisas en remoto porque
era complicado, y porque no creía en esas relaciones a distancia, pero esta vez
le dije de mis intenciones de mudarme cerca de Él y eso le interesó. Le
expliqué mis planes y supimos desde ese momento que la espera se nos haría
muuuy larga a los dos, y que habría altibajos, pues no es lo mismo educar a
alguien a quien tienes al lado que a alguien a kilómetros de distancia. Empezó
a mandarme pequeños ejercicios diarios y que yo hacía casi al instante a veces.
Para otros más elaborados me daba más tiempo. Luego empezamos con los
ejercicios semanales y ahí nos dimos cuenta que sin querer ya me había aceptado
como su sumisa, por el momento virtual.
Siempre íbamos hablando de las
perversiones que existen dentro del BDSM, de los azotes, el estar atada, el
obedecer sin inmutarse, el estar siempre disponible para el Amo, lamer el
cuerpo del Amo, la lluvia dorada, golpes, humillación verbal y demás… Había
prácticas que no conocía y no deseaba conocer, pero según íbamos hablando y
dándome detalles y contándome del placer que le hacía sentir, yo me iba
interesando más y preguntaba más y quería probar más…
En un inicio, el tema de la lluvia
dorada me parecía la cosa más sucia y humillante que podía existir pero luego
me fui dando cuenta que no es así. Recibir la pis de Mi Amo es un signo, una
muestra de servicio, pertenencia y de amor. Una sumisa debe servir a su Amo, darle
placer y hacerlo feliz. A este punto, yo solo deseaba hacer feliz al Profesor
Domine y servirle, por lo que pasé a desear realizar esta práctica, necesitaba
sentir el pis de Mi Profesor caer por mi cuerpo, o limpiar mi cara de niña
buena manchada por su leche, como dice Él.
Conforme han pasado los meses mis
fantasías también han ido evolucionando, pasaron de ser atada, a ser violada, a
ser usada como la mesa de Mi Amo, a ser su perrita, su vaquita, su nenita
chiquita y decirle Papito. Ya no solo necesitaba una nalgada mientras me folle,
necesitaba más, necesitaba su mano marcada en mi nalga, necesitaba su cinturón
azotándome, su mano alrededor de mi cuello, que me jale el cabello, que me dé
una bofetada mientras me llama puta, que me diga zorra, que controle mi vida.
¿Que controle mi vida? – Sí – que
haga y deshaga, que decida por mí, quiero pertenecerle de tal manera que me sienta una extensión de Él. Yo sé que
suena algo extremo pero ese es mi deseo y necesidad, además que sé que eso le
causa placer a Mi Señor y por lo tanto a mí.
Quizá ese deseo extremo y esa
necesidad de darle placer y felicidad no solo vienen por mi condición de
sumisa, sino por algo más…
Conforme han pasado los meses y nos
hemos ido conociendo he ido desarrollando ciertos sentimientos hacía Mi Señor,
obvio que respeto, lealtad y gratitud, pero más que eso, puedo afirmar
convencida que me he enamorado de Mi Amo. Mezclar amor y sumisión es una
combinación perfecta y peligrosa, pues me lleva a entregarme al máximo a Él, pero
me deja indefensa y sin nada si esto acaba.
Hace muchos años que no me
enamoraba así de alguien, y es que siento que tengo la cajita feliz, un Amo, un
hombre, un amante, todo lo que alguien puede necesitar para ser feliz, y es
aquí, en la parte más “bonita” donde surgen más temores. No tengo miedo de un
golpe muy fuerte, de un azote que marque, tengo miedo que me rompa el
corazón…pero bueno, es algo que seguro pasará. Tengo miedo que,
inconscientemente me haga daño, que no se valore el amor que siento, que sea
minimizado o se abuse de él. Tengo miedo que esto se acabe, que quede
desprotegida y sin saber qué hacer, tengo miedo perder mi capacidad de decisión
y mi amor propio…pero vale la pena arriesgarlo todo por Mi Amo.
En una semana llego al lado de Mi
Amo y los miedos y los nervios crecen y crecen conforme avanzan los días. Nunca
nos hemos visto en persona, Él me conoce por fotos y videos pero yo a él no,
solo conozco sus letras, sus palabras y su voz tan calmada y sexy que hace que
con un “Hola, perrita” me moje como no tiene una idea.
Imagino muchas cosas, desde el
saludo hasta cuando me tenga sometida, arrodillada, atada, penetrada o llena de
leche. En mi mente dan vuelta tantas ideas que no sé. Como repito, mi
experiencia es muy poca y si bien he realizado los ejercicios de Mi Profesor,
no creo que se comparen a la experiencia de la vida. Si lo pienso bien, soy
afortunada porque la experiencia que ganaré será al lado de un hombre que conoce,
que sabe y que me guiará hasta convertirme en una sumisa obediente, y una
amante fiel y entregada.
Al fin y al cabo todo esto se hace
posible porque confío en Mi Señor, confío en Él como en nadie nunca. Sé que
cumplirá su palabra, sé que me tendrá paciencia y me convertirá en su mejor
sumisa, sé que estará orgulloso de mí y de cómo voy aprendiendo y
pervirtiéndome más y más con el paso de los días y meses.
Yo quiero llegar y hacer todo lo
que hemos hablado, pero sé que Mi Señor quiere que vayamos paso a paso,
escribir como hacer una mamada no es lo mismo que darla, explicar cómo lameré
el culo de Mi Amo no es igual que hacerlo.
Aún tengo mucho que aprender y Él
mucho que enseñarme, y es por eso que hemos creado varios documentos distintos que
nos ayuden a esta formación. Dentro de estos documentos está el contrato y un
temario.
El contrato estipula nuestras
obligaciones y derechos y especifica ciertas cosas que tienen que ver con
salud, higiene, seguridad, privacidad y deseos, como también los castigos para los
errores que pueda cometer.
El temario tiene que ver con cosas
que debo aprender como el protocolo BDSM, cómo desvestir a Mi Amo, cómo
lamerlo, masturbarlo, o bañarlo, entre
otras cosas. Con el paso del tiempo deberé aprender y perfeccionar esas
prácticas para poder complacer a Mi Señor.
Finalmente solo queda decir que la
espera ha sido larga, pero habiendo voluntad y la química que tenemos, todo es
posible, que así haya mil mujeres o “sumisas” que escriban, sé que soy yo a quien
quiere Mi Amo. Eso, claro, mientras no lo decepcione o rompa alguna de las
reglas ya impuestas. Aún recuerdo cuando moría de celos de ciertas sumisas. Ahora,
Mi Amo me ha dado confianza en mí misma y en ÉL, tenemos nuestros límites
establecidos y las cosas claras. Si bien los celos no están permitidos dentro del BDSM, no olvidemos
que cada relación Amo/sumisa es única y especial por lo que pueden establecer
propias reglas para que la relación marche bien.
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