Depredador sexual, acosador, maltratador


En el preciso momento en que Internet abrió un nuevo mundo de posibilidades a todos nosotros, aparecieron las primeras amenazas. Casi todos los que se sienten atraídos por el BDSM han encontrado en internet la manera ideal de ponerse en contacto con otras personas que tienen los mismos gustos sin ser señalados en la calle. El anonimato está garantizado si eres cuidadoso, pero ese anonimato también es utilizado por violadores, pederastas, acosadores y depredadores sexuales que buscan carne fresa en Internet.

Es obvio que la libertad para investigar sobre temas 'prohibidos' ha permitido a muchas personas cumplir con fantasías que tenían muy escondidas en su interior. El problema radica en que TODO el mundo tiene acceso a esas fantasías: el fuerte y el débil, la sumisa y la Domina, la presa y el depredador. Eso ha creado un nuevo tipo de acosador, que está más al día que nunca, el ciberacosador.

El depredador busca siempre la presa más fácil, la más dócil, a la que puede cazar más fácilmente. Muchos de esos depredadores sexuales buscan sumisas porque saben que la sumisa se entrega por completo y que llega un momento en que ella baja la guardia y comienza a obedecer a su Amo sin preguntar y sin quejarse. Por ese motivo, muchos de esos acosadores se disfrazan de Dominantes con experiencia para atrapar a sus presas de manera más fácil.

En principio, no resulta muy difícil para una sumisa con experiencia detectar a un acosador de este tipo. Su experiencia con Amos reales les permite ver rápidamente las diferencias entre un Amo real y un maltratador. El problema aparece con las sumisas novatas, que nunca han estado con un Dominante real. Comienzan a charlar, y rápidamente ellos se presentan como Domines con experiencia, capacitados para convertirlas en una sumisa de categoría. La aspirante se siente segura, atraída por las mentiras de ese hombre, y acaba bajando la guardia entregándose a esa persona. En muchos casos, bajo la piel de ese Amo se esconde un depredador sexual, una persona cuya única intención es hacer daño y usar a esa persona para su propio bien.

En el fondo, solo hay una manera de detectar a esta gente por adelantado: hablando, hablando y volviendo a hablar con ellos, pidiéndoles información y haciéndoles preguntas sobre la sumisión y la Dominación. Al final, ellos mismos se contradicen, y los detectas rápidamente. Si en algún momento no confías o dudas de una persona, es importante poder contrastar con otras sumisas con experiencia para ver si reconocen a un acosador en esa persona.

Un depredador no se fija solamente en una presa. Internet les da la posibilidad de atacar a varias presas a la vez, y aprovechan esa facilidad. Lo que no saben es que esa característica de internet les puede llevar a cometer errores. Al contar diferentes mentiras a diferentes víctimas, llega un momento en que ni ellos mismos recuerdan qué te han dicho a ti y que le han dicho a otra sumisa. Entonces es cuando les pillas fácilmente en una falsedad.

Inicialmente, desconfía siempre de los Amos que te entren directamente, o que en seguida te pidan fotos con un marcado acento sexual. El acosador quiere ver la carne rápidamente.

Huye siempre del maltratador físico, una persona que generalmente tiene gustos sádicos, y que tiende a maltratar psicológica y físicamente a la sumisa. Un sádico de verdad averiguará primero si la sumisa es masoquista o no y dejará claro los parámetros de vuestra relación. Los azotes, bofetadas, pellizcos, cortes, y demás, están permitidos siempre que las dos partes estén de acuerdo. Si la sumisa no quiere ese tipo de relación, un Amo real, aunque sea sádico, no seguirá por ese camino.

Sin embargo, escudándose en que el BDSM es así, el maltratador insistirá en su maltrato aun sabiendo que la sumisa no quiere esa relación.

Pueden hacer más daño aún los maltratadores psicológicos, personas que atrapan con buenas palabras a las sumisas novatas y más débiles, para luego destrozarlas psicológicamente, menospreciándolas, y haciéndoles pensar que son unas inútiles, incapaces de hacer nada bien. El daño que produce este tipo de psicópata es duradero y suele dejar marcas en la sumisa.

En definitiva, si quieres ahorrarte una serie de problemas con estos tipejos, te aconsejo que sigas los siguientes consejos:

- Desconfía siempre de los Dominantes que acudan a ti sin haber interactuado antes con él.
- Desconfía también de los que te den órdenes nada más conocerte, o te pidan fotos, o te hablen como si hubieran inventado el BDSM.
- No des nunca tus datos personales hasta estar seguro de quien es esa persona.
- Igualmente, no envíes fotos tuyas hasta conocer bien a esa persona.
- Habla y pregunta todo lo que quieras saber sobre su experiencia y sobre él mismo. Cuanto más sepas sobre él, mejor para ti.
- Contrasta con otras sumisas u Amos cualquier información que os dé sobre el BDSM y que pueda pareceros extraña.
- En la primera cita, queda en un lugar público para conocerlo y tomar un café.
- No invites a esa persona a tu casa, ni vayas a la suya. Escoge un punto neutro, como un hotel.
- Deja muy claro tus límites para las primeras sesiones, y no permitas que los sobrepasen.
- Sé paciente, los Amos no crecen en los árboles, y no resulta fácil encontrar uno con cara y ojos.


 
Pdta: si tienes alguna duda, puedes ponerte en contacto con el Profesor Domine via email, o via Hangouts, escribiendo a profesor.domine@gmail.com

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