Maltratada, abusada, acosada sexualmente, y sumisa

Lamentablemente para todos, hay un tipo de sumisa que accede al BDSM después de haber sido maltratada y abusada sexualmente durante años. Esa mujer acostumbra a ser acosada durante la juventud, y acaba entendiendo, de manera errónea, que su lugar en el mundo es ser sumisa. Se trata de un problema bastante común entre las mujeres maltratadas de joven.

Normalmente, la sumisa o sumiso, es una persona que llega al BDSM por deseo expreso. Se siente atraída y excitada por la idea de ser dominada, controlada y usada, por un Amo o Ama que la guíe y la pervierta hasta convertirla en su perra obediente. Esa persona desea servir a su Dom, y disfruta haciéndolo. Esa persona toma la decisión de ser sumisa porque le gusta y desea serlo.

Hasta aquí perfecto, es una decisión propia, y no hay ningún problema en ello. Pero no siempre es así. Hay una serie de mujeres que llegan a este mundo casi por inercia, empujadas por lo que han vivido en su vida, y sin saber realmente si éste es su mundo o no.

Por desgracia para la sociedad, el acoso a la mujer sigue estando de moda, especialmente hacia las más jóvenes. Hay muchos hombres que intenta aprovecharse de su fuerza y de su posición para ejercer un dominio físico sobre las mujeres de su alrededor.

Muchas chicas jóvenes sufren maltrato físico desde pequeñas, a base de palizas y golpes de todo tipo. A menudo es el padre el que propina esas palizas a la niña, llegando incluso a abusar sexualmente de ellas. La niña, en muchos casos, se siente desprotegida completamente al ver que su propio padre abusa de ella y la maltrata, y tras ver que nadie en su entorno la apoya y la protege.

Pero ese maltrato no solo es físico. Cuando esa niña crece y los golpes ya no ejercen el efecto que antes ejercían, acaba siendo maltratada psicológica y sexualmente por la misma persona que antes la golpeaba. El acosador tiende entonces a menospreciarla, a hacerle pensar que no vale nada y que sería incapaz de hacerse valer por sí misma.

En otras ocasiones, son otros familiares o conocidos los que cometen acoso y violación hacia esas jóvenes. Falsos novios y amistades de la familia que acaban forzando a la chica a realizar actos que ellas no desean hacer. A menudo, esas personas son consentidas por la familia de la víctima tras haber visto durante años como la maltrataban o la ninguneaban.

En estos casos, lo peor de todo es que la niña acaba siendo maltratada, acosada, y menospreciada por aquellas personas que deberían haberla cuidado y protegido de esos peligros. Es decir, la persona en la que ellas deberían confiar, la persona que debería educarlas y guiarlas hasta la mayoría de edad, se acaba convirtiendo en su maltratador, su acosador, su verdugo.

Todo ese acoso físico y verbal acaba afectando a la autoestima de esas jóvenes, provocando que se vean como personas inferiores a sus maltratadores, y que acaben aceptando que su puesto en el mundo es a los pies del hombre. Acosadas durante años, se acostumbran a sufrir esos maltratos psíquicos y físicos, y acaban aceptando que ésa es la manera normal de tratarlas. Incluso llegan a pensar que si las castigan es porque se lo merecen, y porque 'algo habrán hecho mal'.

En muchos casos, la aceptación del maltrato acaba empujándolas a convertirse en sumisas. Ellas creen que su papel en la vida es obedecer y servir a su hombre, y acaban buscando un Amo que haga con ella lo que anteriormente hacia su padre, hermano, novio o amigo. También provoca que durante años alejen de sí a personas que quizás hubieran sido muy positivas para ellas y que podrían haberles traído algo que en el fondo necesitan: cariño.

En el fondo, lo que realmente necesita esa mujer no es que la traten como siempre la han tratado, sino que la amen y la cuiden, dándoles el cariño que nunca han tenido. Necesitan alguien que la escuche y la entienda, que la valore por lo que hace y que permita que vuelva a sentirse una persona de verdad, útil para la sociedad, y valorada.

En definitiva, si durante años has sufrido maltratos, acoso y menosprecio, y ahora sientes la necesidad de ser sumisa, deberías analizar y pensar si realmente deseas serlo por tu propio deseo, o si lo buscas por costumbre, porque eso es lo que siempre has tenido y lo que te han enseñado.

Al final, la sumisa debe llegar al BDSM siempre por propia decisión, después de mucho investigar, y deseando realmente ser sumisa.

Si la sumisa no disfruta de su posición, si no lo desea, es que ese no es su puesto.


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