Sumisa escondida ¿ Cómo ser sumisa en un pueblo pequeño y conservador ?

Hoy en día podemos encontrar sumis@s en cualquier parte del mundo, en las grandes ciudades de países modernos, y en pequeñas poblaciones de países menos desarrollados. El nacer en un lugar o en otro no hace que puedas sentirte más o menos sumiso, pero si puede ayudarte o complicarte el tener una relación D/s.

Por norma, casi todas las sumisas tienen fantasías y mismos similares. Les une la intensidad, y la necesidad de servir a su Señor, a su Amo. Pero la diferencia está en las posibilidades que cada una puede encontrar allí donde vive.

En ciudades modernas, y de mentalidad abierta, como Barcelona, Miami, o Amsterdam, nos puede resultar bastante sencillo encontrar un club de intercambio, o de BDSM, por ejemplo. También resulta normal cruzarse con personas de otra inclinación sexual, mostrándose cariño, sin tener que esconderse. Gays, lesbianas, transexuales, se mueven por estas ciudades de manera normal, sin tener que esconderse en casa. La sociedad es mucho más abierta, más tolerante, y más moderna en ese tipo de países y ciudades.

Pero qué sucede con las sumisas de esas pequeñas poblaciones, donde ni la mentalidad ni la libertad sexual están bien vistas? Pues que viven escondidas, con miedo a salir, a explicarle al mundo su condición; con miedo a ser juzgada y rechazada por sus más allegados; con miedo a no poder expresarse como realmente querrían, a pasar toda su vida sin salir del armario BDSM  en el que vive. Así vive una sumisa escondida.

Ser sumisa/o en una sociedad conservadora, machista y patriarcal en donde los estereotipos de géneros están claramente delimitados entre lo correcto y lo incorrecto, donde los prejuicios están a la orden del día, resulta una tarea difícil de lograr según qué lugares del mundo.

Quienes no se adaptan a esos estereotipos, suelen ser considerados una anomalía, por lo que tienden a ser excluidos de la sociedad, y condenados, suelen sufrir el repudio de su familia y más... Esta última, quizás sea una de las consecuencias que más temen las/os sumisas/os a la hora de manifestarse, por lo que terminan escondiendo sus deseos.

Ahora bien, si a esta ecuación agregamos el hecho de vivir en sociedades alejadas de las grandes ciudades, el resultado puede ser catastrófico. No sólo que éstas son mucho más conservadoras, sino que también pueden ser peligrosas. El riesgo al que se exponen es alto, por lo cual suelen terminar siendo "sumisas" pero no por deseo propio, más bien porque es lo que se espera de ellas en estas sociedades machistas y patriarcales.

Todo comienza con la aceptación personal, ese momento en el que no pueden ni quieren negar lo que son y desean: "Sí, soy sumisa, y deseo ser sumisa".

Pero esa aceptación interior no te lleva a un camino de rosas en el que la sumisa pueda ser libre y feliz de por vida. Sigue viviendo en el mismo pueblo pequeño con la misma sociedad conservadora de siempre. Ahora toca dar el segundo paso, buscar el modo de acercarse a este maravilloso mundo e intentar ser parte de él.

Hoy en día, la tecnología juega un rol fundamental a la hora de buscar información, contactos, grupos, etc.… Si bien se debe tener mucho cuidado, Internet brinda un abanico muy amplio de posibilidades, en especial, para todas aquellas personas que se encuentran alejadas de las grandes ciudades.

Luego, dependiendo de las posibilidades sociales, culturales y económicas que tenga cada uno, algunos logran darle un giro a sus vidas que les permita encontrar lo que andaban buscando, marchando a vivir a otro lugar. Las grandes ciudades están llenas de personas que han huido de sus pueblos porque allí han encontrado la libertad que no tenían en su lugar de origen. Esas ciudades se convierten en refugios donde puedes encontrar todo tipo de gente y gustos.

Otra de las posibilidades que se suele encontrar, es la de tener un Am@ en remoto. Aquí hay debate, como siempre. Me podrán decir que no es lo mismo, que no sirve, que te pierdes de experimentar sensaciones que solo se logran en presencia y miles de cuestiones más, pero hay una realidad muy clara: hay Am@s y sumis@s repartidos por todo el mundo, que encuentran en esta alternativa, la única forma de lograr completarse y ser felices.

También hay quien puede tener a su alcance muchas posibilidades, pero resulta que cuando encuentran lo que están buscando, esto está en la otra punta del mundo. Luego, cada cual, debe plantearse, a sí mismo, si con el paso del tiempo, este tipo de relación a distancia les sirve o no. Puede que para los novatos sea una hermosa experiencia que les brinda la posibilidad de aprender muchísimas cosas; personalmente, creo que este modo sirve por un corto periodo de tiempo. Inevitablemente, llegará el día, en que solo valga servir al/la Am@ personalmente.  

En resumen, podemos decir que, salir del armario BDSMero no es tarea fácil según el lugar de residencia de cada uno. Hay demasiadas cuestiones en juego y se requiere de mucha valentía y coraje para intentarlo.

Se puede mantener oculta la sumisión, pero tarde o temprano sientes que hay una parte de tí que no está completa, eres feliz a medias, y quedarse con la duda de lo que podría haber sido y no fue, no es una carga agradable.


Una aportación de Arya, una sumisa escondida.

Comentarios

  1. Hola. Acabo de encontrar tu blog. Me parece sumamente interesante. Lo hago por consejo de mi Señora. Soy sumisa en una localidad pequeña y hace tiempo que mi Señora y yo vivimos como pareja con los típicos comentarios un tanto rancios sobre las lesbianas del pueblo. Lo llevamos muy bien. En realidad sabemos lo que dicen de nosotras y es tan tópico que ni molesta. Nada que no esperaremos cuando llegamos. Y desde luego nada grave. Existen muchos mitos al respecto y hoy en día una pareja de chicas suscita cuatro comentarios los primeros días.
    No saben que soy sumisa de mi Señora. Y no vemos necesidad de contarlo.
    Sin embargo lo que sí escandaliza y mucho es el hecho de conocer que podamos ser poliamorosas.
    Mi Señora ha tomado hace no mucho tiempo otra sumisa que nos visita en ocasiones. Nosotras lo llevamos fenomenal. No ha habido celos ni envidias. La felicidad de mi Señora ante todo y ambas la servimos con entrega.
    Pero en el pueblo la posibilidad de que seamos tres sí que ha generado comentarios. Lo del poliamor no lo conciben.
    Y existe. Estoy enamorada de dos damas y no deseo ocultarlo.
    Disculpas por la extensión. Excelente blog.

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    1. Si vosotras sois felices, lo demás no importa.
      En un pueblo pequeño siempre tendrás esos problemas.

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  2. Lo que se es sexualmente, difícilmente se esconde, así sea en Londres que en Terroncillos de la huerta. Hay que ser muy valiente para ser fiel a uno mismo y que te resbale lo que opinen los demás, y si es en el lado sum... cuanto más claro lo tengas, menos riegos de caer en las manos equivocadas...
    Hacia tiempo que no pasaba por aquí, me tenían capada, me alegra ver que sigues compartiendo tus historias.
    Un saludo.

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