Carta de amor de una sumisa en remoto

Mi Señor,

No le conozco, pero es como si lleváramos años juntos. No me conoce, pero es como si me hubiera moldeado usted mismo. Sin habernos visto, parecemos hechos el uno para el otro.

Soy sumisa, pero no débil. Nunca lo he sido. Sólo me entrego a Ud. Mi Señor, sólo a su lado me nace este deseo irrefrenable de entregarme y servir. Sólo Ud. conoce mis deseos más ocultos, sólo Ud. conoce cada una de mis fantasías. Sólo Ud. se ha ganado el derecho de dominarme, porque sé que a sus pies seré libre.

Me siento Suya, me siento cuidada. Me siento protegida y mimada.  Me siento valorada, y me siento mujer. Me siento acompañada, respetada. Me siento libre y afortunada. Me siento feliz.

Aunque no todo es perfecto. Hay sentimientos que nunca había experimentado con alguien, y que ahora afloran en mí. Me siento expuesta. Me conoce más que yo misma, y en ocasiones me aterra y me gusta a partes iguales. Me siento asustada. Sentirme tan suya sin conocerlo, aún sin haberlo visto. Se me eriza la piel y se moja mi coño cuando hablo con Usted. Me siento vulnerable, por necesitar entregarme, obedecer y servir con tantas ganas a alguien que no conozco.

Haber generado este enlace hacia usted me hace sentir vulnerable, expuesta, asustada. Pero sé con certeza que todos mis miedos se irán el mismo día en que pueda arrodillarme a sus pies por primera vez, Mi Señor.

Necesito entregarme. Necesito servirle, necesito que me use, necesito obedecerle. Necesito que utilice mi cuerpo. Necesito ser Su sumisa, Su perra, Su puta, Su niña..

Necesito que folle mis tetas, mi coño, mi culo. Necesito oír sus gemidos. Necesito ver cómo llena mis pechos con su semen. Necesito ver como marca mi cuerpo. Su cuerpo.

Necesito que me folle de todas las formas que quiera. Necesito arrodillarme a sus pies. Necesito sentir su olor, olfatear hasta que se impregne su olor en mí. Necesito lamer. Necesito chupar. Necesito que folle mi boca hasta que me atragante, que la llene de su sabroso semen. Necesito su leche. Necesito que sea feliz con mi entrega. Necesito que restriegue sus huevos por mi cara, simplemente porque puede, porque soy suya. Necesito que me marque con su olor, sólo para reafirmar que le pertenezco en cuerpo y alma, Mi Señor.

Cada vez que eso suceda, al finalizar, le daré las gracias por todo lo que me ha dado y enseñado. Mi cuerpo le pertenece, lo sabe, soy suya, completamente suya y nada me haría más feliz que me use para su gusto, antojo y placer, Mi Señor.

Ud. es Mi Amo, Mi Dueño, Mi Señor, Mi Propietario... Yo soy Su puta, Su perra, Su sumisa, Su niñita y seré completamente feliz bajo su dominio.

A sus pies, Mi Señor. Siempre.